El museo de barcos vikingos de Roskilde
Este museo conserva los restos de cinco barcos vikingos rescatados a finales del siglo XX de las aguas del fiordo. Se cree que los barcos fueron hundidos a mediados del siglo XI por los propios habitantes de la ciudad para bloquear el fiordo y evitar algún ataque inminente desde el mar.
¿Dónde está Roskilde?
Roskilde es una de las ciudades más antiguas de Dinamarca.
Está situada en el interior de Zealand (la isla en la que también se encuentra Copenhague), en el extremo sur de un gran fiordo que la comunica con el Mar del Norte.
Fue una de las ciudades vikingas más importantes, sin duda por su privilegiada posición estratégica, y llegó a ser capital de lo que hoy es Dinamarca.
El tren es la forma más sencilla de llegar a Roskilde desde Copenhague, ya que las dos ciudades se encuentran a poco más de 30 kilómetros.
Desde la estación de Roskilde se puede ir perfectamente dando un paseo hasta la catedral y hasta el museo de barcos vikingos, o puedes usar el transporte público.
Desde la catedral al museo podemos ir a través de un parque (Byparken).
Y en el centro de Roskilde hay numerosos lugares para tomar algo o comer.
Qué ver en Roskilde
Roskilde es una ciudad muy bonita, que ha sabido combinar muy bien la arquitectura de los edificios modernos con el diseño tradicional de los edificios antiguos.
Vale la pena visitar la ciudad y pasear por sus calles.
La ciudad es conocida sobre todo por dos lugares de interés: la catedral y el museo de barcos vikingos.
Catedral de Roskilde
Uno de los símbolos de la ciudad es la Catedral, de estilo gótico, declarada Patrimonio de la Humanidad.
Fue la primera catedral construida en ladrillo, prácticamente el único material posible en un país en el que no hay montañas para extraer piedra.
Museo de barcos vikingos - Vikingeskibsmuseet
Es un museo que a mí personalmente me gusta muchísimo.
No tanto por lo que ves realmente allí, sino por lo que representa.
Es un museo relativamente nuevo, que surge a partir del hallazgo de los restos de cinco barcos vikingos en las aguas del fiordo.
Se cree que los barcos fueron hundidos a mediados o principios del siglo XI por los propios habitantes de la ciudad para bloquear el fiordo y evitar algún ataque inminente desde el mar.
Los restos de los barcos se encuentran en el edificio principal.
Cada uno de los barcos tiene diferentes características.
Podemos ver la forma que tenían originalmente porque las partes de madera encontradas en las excavaciones están colocadas en un armazón metálico que representa la estructura real.
Actividades
El museo ha cambiado muchísimo desde la primera visita que hicimos en 2004, con respecto a la última visita en 2017.
Se han añadido muchas actividades para niños (y no tan niños) y el museo es ahora más interactivo.
Si vas con niños, creo que la parte de los talleres y juegos les va a gustar mucho.
Todos los días hay al menos una visita guiada en inglés (consulta los horarios por si quieres planificar bien, pero suele ser sobre las 12:00 o las 13:00)
Si el tiempo lo permite, también te puedes subir a un barco vikingo y salir como tripulación (te tocará remar) a navegar al fiordo.
Arqueología experimental
Además, en los talleres, que funcionan como astilleros con herramientas similares a las que usaban en el siglo XI, se construyen réplicas de los barcos encontrados y de otros barcos vikingos.
Este tipo de arqueología experimental trata de validar diferentes técnicas de construcción de la época.
En el pequeño puerto que forma parte del recinto del museo se pueden contemplar réplicas de los barcos, construidos siguiendo las mismas técnicas que utilizaban los vikingos.
En el museo también se muestran otros elementos relacionados con los vikingos y la navegación en aquella época.